30 de diciembre de 2010

AL TERMINAR EL AÑO

El final de un año siempre invita a la reflexión. Y es una oportunidad de dar gracias a Dios: por los malos y los buenos momentos vividos, por aquellos que llegaron y por los que se fueron, por lo que se terminó y por lo que empezó, por lo que quedó pendiente... Y por las potencialidades del nuevo año que está a la vuelta.

Hace 10 días hemos empezado un blog con la idea inicial de compartir experiencias y vivencias de la Iglesia Católica en Cuba. Hemos pensado más sobre esto y acordamos que, aunque vamos a mantener el mismo énfasis por seguro, también incluiremos algunos comentarios sobre la vida del católico más allá de cualquier frontera o país. Así podemos abrirnos a otras posibilidades e historias. A fin de cuentas nosotros mismos hace ya 5 años que no vivimos en Cuba, aunque la llevemos siempre en el corazón y en nuestras oraciones. Muchos de los que están leyendo el blog también comparten esta experiencia de exilio. Pero a todos nos une la misma fe, y a todos nos quiere Dios, dondequiera que estemos y hagamos lo que hagamos.

29 de diciembre de 2010

ADORNOS NAVIDEÑOS

¿Nos hemos detenido a pensar alguna vez cuántos adornos diferentes compramos cada año por Navidad? ¿O cuántas opciones encontramos en las tiendas y que, por suerte, dejamos pasar?

Los adornos navideños no se deterioran mucho, porque solo se usan por pocos días. Se empaquetan bien y pueden durar años. Ésa fue la suerte que tuvieron los cubanos y la Iglesia en Cuba, ya que por muchos años no se vio en las tiendas nada que se pareciera a adornos navideños.

28 de diciembre de 2010

OLORES Y MÚSICAS: SEGUNDA PARTE

El comentario de hoy continúa la primera parte del tema, dedicada a los olores que nos recuerdan a la Iglesia en Cuba. Ahora traemos una lista de canciones que, en nuestra inexperta opinión, también pueden considerarse típicas o memorables de la Iglesia. 

26 de diciembre de 2010

COMPARTIENDO RIQUEZAS: TIEMPO EN FAMILIA

Queremos empezar una nueva “sección” para compartir riquezas. No, no se trata de donaciones al blog o de regalos de valor material. Lo que queremos compartir son cosas bonitas y buenas para el alma que hemos recibido, escuchado, leído o visto en cualquier parte. ¿Por qué quedarnos con estas “Semillas de Sabiduría” para nosotros solamente? Es mejor compartirlas con cuantos podamos. Por eso queremos también invitarlos a que nos manden sus riquezas que quieran compartir aquí. La “riqueza” de hoy la encontramos (escuchamos) en nuestra parroquia -Our Lady of Mount Carmel, Ottawa- durante la predicación del sacerdote en la misa de la Sagrada Familia. Aquí va la historia como la recordamos desde nuestra gastada memoria:



COMO BROTES DE OLIVO

El Salmo Responsorial de hoy, Domingo donde celebramos la fiesta de la Sagrada Familia, es el 128 (127). Seguramente conocen la canción “Como brotes de olivo”, basada en ese Salmo. Pueden encontrar aquí una versión disponible en Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=tdDwOMdD3bo&feature=related). El estribillo de esta canción se emplea comúnmente en reuniones eclesiales en Cuba como oración para bendecir la mesa antes de las comidas: “Como brotes de olivo, en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de la Iglesia”.

22 de diciembre de 2010

MIRA LAS FOTOS

Todos conocemos la expresión: “Una imagen vale más que mil palabras”. El comentario de hoy quiere referirse brevemente a la visita de la Virgen de la Caridad por toda Cuba (para una explicación de este acontecimiento ver mensaje de los obispos cubanos en: http://iglesiacubana.org/contens/hoy/virgen/virgen_1000.pdf). Este es un tema que ocupará varios comentarios en este blog, queremos incluso compartir algunos correos que nos han mandado hermanos de Cuba con sus personales emociones y experiencias que la visita de Nuestra Madre les ha proporcionado.

Es prematuro aún para hablar de los frutos que tendrá dicha visita a lo largo de todo el país, especialmente porque este es un evento que concluirá en Diciembre de 2011. Pero, hasta ahora, puede verse claramente el TREMENDO efecto que ha tenido sobre la mayoría de la población cubana. Si han leído algo, o hablado con alguien que haya participado en este recorrido, el mensaje central gira sobre cuanta esperanza, ilusión, paz, fe, confianza en Dios, ha traído esta visita. 

Pero… ¿Han visto fotos de ese recorrido? En el portal de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (http://iglesiacubana.org/) hay una ventana a la derecha que dice: “Recorrido de la Virgen”. Y allí, un par de clics después, pueden acceder a galerías de fotos del recorrido por los distintos pueblos.

El comentario nuestro de hoy es precisamente sobre ESAS fotos. Cuando empezamos a abrirlas se nos llenó el corazón con sentimientos encontrados. ¡Hay tantas emociones reflejadas allí!

Para empezar, nos conmovió la pobreza de muchos. Pobreza evidenciada en la calidad de las vestimentas y calzado, mal estado de las carreteras, edificaciones… Claro que esto no es nuevo, pero parte el alma ver similares condiciones en la inmensa mayoría de los lugares visitados. Es una pobreza que abarca a prácticamente todo el territorio nacional. Es una miseria endémica.

Pero entonces están las caras de las personas, los sentimientos que trascienden las fotos y se desbordan más allá. ¡Cuánta alegría, devoción, abandono en las manos de la Virgen! ¡Cuánta fe, esa fe básica pero fuerte que nace del abandonarse, con confianza, en las manos de la Providencia! ¡Cómo se percibe a Dios en estas personas!

En especial, queremos compartir con ustedes una foto. Podríamos pasarnos horas rezando al observarla, al tratar de adentrarnos en lo que nos puede decir la actitud de cada uno “de los elegidos del Señor” que aparecen en ella ¡Cuánta sencillez hay en ellos! No hay gestos bruscos, no hay bullicio, no hay afán de protagonismo -como en otros lugares. Hay una actitud de serenidad, en las manos, en las miradas. No buscaron los mejores “adornos para ir a la celebración”. Cada cual anda como lo que es en el diario vivir: el campesino con sus botas de trabajo y sombrero de yarey; el niño sin camisa, como se acostumbra por el calor; las señoras en sus cómodas, ropas frescas del trajín diario; el señor con su gorra, pantalón a la rodilla y chancletas… Está también el paisaje que rodea la imagen: la carretera de tierra y grava; el verdor de los campos cubanos, donde se adivinan matas de plátano y algún otro cultivo; el árbol que da sombra al carro donde está la Virgen… Cada detalle invita a la contemplación.

Por eso, el mensaje/invitación de hoy es simple: MIRA LAS FOTOS. Déjate llevar por el mensaje que transpiran. Contémplalas. Déjate llevar a Dios. Pídele que te de la fe sencilla de esos cubanos pobres. Pídele a la Virgen que te lleve a su Hijo en esta Navidad y siempre.

Y ten una oración especial por esos hermanos nuestros. Por sus pesares, desánimos, sufrimientos. Que Dios les bendiga siempre. Y que nos bendiga a todos.

20 de diciembre de 2010

Recordando al ENEC

La Iglesia Católica en Cuba vivió una auténtica experiencia de Pentecostés en febrero de 1986 con la realización del Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC). El ENEC culminó exitosamente el proceso iniciado por la Reflexión Eclesial Cubana (REC) en 1979, y marcó el inicio de una nueva etapa de la vida eclesial en el país. Tan espectacular fue el cambio que la Iglesia del presente no puede entenderse ni explicarse sin el ENEC. De hecho, la mayoría de quienes conforman parte de la Iglesia actual no formaban parte de ella en ese entonces. 
La REC, inspirada por Mons. Fernando Azcárate, ha constituido quizás el momento de reflexión más amplio, participativo y profundo que haya tenido la Iglesia cubana en toda su historia. Prácticamente cada creyente (religioso o laico, joven o anciano, culto o iletrado) participó en la encuestas, reflexiones y opiniones sobre la realidad de aquel entonces. Nunca antes a lo largo de todo el país, en cada parroquia, capilla, congregación, se acometió una empresa de tal magnitud. Y esto a pesar de que entonces los medios logísticos con que se contaban eran mucho más modestos que los actuales. Pero todo se realizó con una entrega, entusiasmo y dinamismos extraordinarios.

Sacerdotes MIsioneros en Cuba

A comienzos de los años 60 la Iglesia Católica en Cuba fue "desmantelada" en su casi totalidad. Al menos esa era la idea, y en esa dirección se movieron funcionarios, instituciones, esfuerzos y voluntades del gobierno de la naciente “Revolución” cubana. De súbito la Iglesia se vio sin colegios, sin acceso a medios de comunicación social, sin recursos económicos, y casi sin "recursos humanos". Probablemente esto último fue lo peor. A la significativa disminución de laicos que asistían a las parroquias (los motivos y presiones para esto fueron varios, pero en no nos extendemos en ese tópico ahora) se sumó la pérdida de sacerdotes y religiosos(as).

Se hubiera pensado que quizás en esta "tormenta perfecta" la barca de San Pedro naufragaría... pero ya fue escrito, hace 2000 años, que esto no sucedería (e.g. Mt 16: 18). La Iglesia en Cuba resistió estos embates, se afianzó, se adaptó a los nuevos desafíos, y continuó con su labor dentro de las posibilidades existentes.

Dentro del reducidísimo clero que se mantuvo en la Isla había muchos sacerdotes misioneros. Gran número provenía de Europa (especialmente España e Italia), aunque en años posteriores (décadas de los 80, 90 y nuevo milenio) también vendrían de muchos otros lugares, especialmente América Latina (Colombia, México, República Dominicana, etc). Semejante situación sucedió con las monjas -aunque ahora nos limitaremos a los sacerdotes, en próximo comentario nos dedicaremos a hablar de la extraordinaria labor que realizan y han realizado las monjas en Cuba. 

Estos sacerdotes extranjeros "echaron pie en tierra" con los laicos y clero cubano de entonces, y se consagraron como verdaderos Padres y Pastores a las diezmadas comunidades del momento. ¿Quién no recuerda su fortaleza y energía? ¿Su abnegada labor en todos los "frentes" eclesiales que fueran necesarios? ¿Su "acento" y manera de hablar el Español? ¿Los cuentos, cantos e historias de sus países de origen, tan lejanos en alcance para los cubanos? ¿Las confesiones con ellos y sus maneras de aconsejarnos y apoyarnos en nuestros cotidianos problemas? ¿Quién no recuerda su modestia, que no necesitaba de protagonismos o reconocimientos? Estos sacerdotes lo mismo enseñaron en los Seminarios de La Habana y Santiago, que prepararon Convivencias (otro tema para futuros comentarios) y cursos de formación, ayudaron en la construcción/re-construcción de templos, visitaron enfermos dondequiera que estuvieran... nada de nuestra vida les fue ajeno. ¡Ojalá y todos hubiéramos sido así!

Ciertamente que no todo fue perfecto con ellos, pero ¿quién no los recuerda con cariño? Allí estuvieron, callada y modestamente, en el difícil día a día, desgastándose con y para nosotros. Por años y años, y ante cualquier adversidad (económica, social, política) ellos se mantuvieron iguales. Siempre nos maravilló su resistencia, su negativa a partir a otros lugares más fáciles, con más comodidaes, con  menores exigencias. La mayoría se pasó años sin poder visitar a sus familias, en una época sin Internet o correo electrónico que aliviara las separaciones… No obstante, muchos hicieron de Cuba no sólo su segunda Patria, sino también la tierra en que desearon permanecer, e incluso morir y ser enterrados. Y verdaderamente muchos quedaron en Cuba, murieron y fueron enterrados allí. Pero su memoria quedó y está viva en todos nosotros. Y el agradecimiento a ellos y a su extraordinaria labor permanecerá para siempre.

Nos entristece mucho ver que, en estos tiempos, la mayoría de las noticias sobre los sacerdotes que circulan en la prensa mundial y el Internet son negativas. ¡Cuánto esfuerzo mal intencionado por desacreditar el sacerdocio! ¡Cuánto cebarse en los graves errores cometidos por unos pocos (aunque ciertamente errores abominables) para injustamente expandir la culpa a la inmensa mayoría del clero! ¡Cuánto aprovechar cada oportunidad para atacar fuertemente a la Iglesia Católica! En medio de esta avalancha de negativismo hacia la Iglesia y los sacerdotes, queremos levantar nuestra voz -ciertamente pequeña y no escuchada- para defender a esa mayoría de sacerdotes que han dado y siguen dando verdadero testimonio de Cristo. Como verdaderos pastores. Como los que conocimos en Cuba y recordamos en este comentario.

Queridos Padres, Uds. que abrazaron su vocación misionera y decidieron apostar con los católicos cubanos. Uds., que fueron sólido apoyo y sostén de todos nosotros. Uds., que contribuyeron a forjar las generaciones de creyentes que han vivido en los ultimos 50 años en Cuba. A todos Uds. (y a tantos otros que realizaron y realizan similar labor y esfuerzo en todos los rincones del planeta) les decimos: ¡GRACIAS! Y que Dios los bendiga siempre. Amén.

NOTA: Hace unos años Monseñor Emilio Aranguren escribió sobre estos acontecimientos, en una publicación católica cubana, y allí se refirió especialmente al tristemente célebre barco "Covadonga" y la lista de religiosos que fueron expulsados del país en él (si alguien tiene la cita exacta y/o una copia de este artículo le agradeceríamos nos lo hiciera llegar para proporcionar un vínculo al mismo).

OLORES Y MÚSICAS: PRIMERA PARTE

Seguramente se preguntará algunos: ¿Qué título es ese para un comentario en este blog sobre la Iglesia Católica en Cuba? ¿Se trata de algún "spam" o algún anuncio comercial? ¿Es que ya no saben qué escribir aquí...? Bueno, en realidad sí se trata de un comentario "normal" del blog. Déjennos explicarnos a ver si se convencen.
Probablemente a muchos de Uds. les ha pasado que al sentir determinado olor una serie de recuerdos personales vienen a la mente. Son mecanismos neuronales que se desatan de momento, inesperados y no planificados. Igual nos pasa al escuchar una melodía: ¡puede traernos tantas remembranzas! En este comentario queremos compartir sobre olores y melodías que nos traen recuerdos de la Iglesia en Cuba (bueno, esto nos pasa al menos a nosotros, a lo mejor a algunos de Uds. también).

MONUMENTO AL "SOLDADO DESCONOCIDO" DE LA IGLESIA CUBANA

Todos conocemos bien el significado de “Soldado Desconocido”, y los innumerables monumentos y reconocimientos que se han hecho y hacen para recordarlos en todas partes. Esas personas simples, sin nombres apuntados en los textos de Historia, pero que sin embargo contribuyeron inmensamente.

La Iglesia cubana también ha tenido sus “Soldados Desconocidos”, lo que quizás el término no refleje bien la situación. Porque nos estamos refiriendo aquí a las personas que mantuvieron las parroquias funcionando en los peores momentos de represión contra la Iglesia, en las décadas de los 60 y 70. Y esas personas fueron, en su inmensa mayoría, mujeres. Mujeres de mediana o tercera edad, que constituyeron el corazón de una Iglesia herida de gravedad ante tantos golpes y pérdidas. Estas mujeres lo mismo preparaban las cosas en la Sacristía antes de las misas, que limpiaban el templo, cocinaban para el sacerdote, daban catequesis, traían a nietos o sobrinos a bautizar a la Iglesia… Por años constituyeron el bastión laical indestructible que resistió todo tipo de ataques. Y cuando otros “abandonaron el barco”, ellas se mantuvieron allí, firmes y constantes con su labor, sin importar cuánto hubieran decaído los servicios pastorales, o cuán escasa en niños fuera la catequesis, o cuán vacío estuviera el templo…

Estas fueron las mujeres que prepararon a la siguiente generación de católicos, aquellos que eran niños cuando el triunfo de la “Revolución” y que se volvieron adultos en los años 60 y 70. Esta “segunda generación”, por llamarla de algún modo, tomó el relevo de esas señoras y continuó la marcha de la Iglesia hacia el ENEC y más allá (hablaremos más de esto en otros comentarios). Pero estas mujeres quedaron en la parroquia, ahora más viejas, quizás menos actualizadas con los “nuevos tiempos”, en ocasiones tristemente ignoradas… Aunque afortunadamente la mayoría de los católicos estaba (¡y todavía estamos!) consciente del papel que estas mujeres desempeñaron en la supervivencia y continuidad de la Iglesia. Muchas veces hemos escuchado decir a sacerdotes y obispos, con admiración y respeto en su voz: “¡La viejita X fue la que mantuvo la parroquia Y por muchos años!”.

¡Feliz Navidad!

Nuestros recuerdos de las Navidades en Cuba son bonitos, aunque por más de 25 años (desde la fracasada “zafra de los 10 millones” hasta el año anterior a la visita del Papa) no fue feriado sino día laboral como otro cualquiera. Sin embargo los cubanos nos las arreglábamos, de una forma u otra, para celebrar la Navidad como mejor fuera posible. Yo recuerdo que muchos años nosotros faltábamos, intencionalmente, a la escuela ese día. Cualquier excusa era buena para contribuir a la celebración navideña.


El viejo mimeógrafo

Este seguramente es un recuerdo común de muchas parroquias a lo largo de la isla. Se trata de la impresión de boletines parroquiales, cantorales, cursos de formación, y otras pequeñas iniciativas eclesiales locales. Entonces (hablamos de los años 70 y 80) no había otros medios técnicos para esto aparte de una máquina de escribir y un mimeógrafo. El texto se tecleaba en una matriz de papel (conocida como esténcil) y de allí se llevaba al mimeógrafo donde se reproducían las copias. 

 Ejemplo de trabajo en mimeógrafo de los años 80.

19 de diciembre de 2010

Ven con nosotros a caminar

Ese es el título que hemos escogido para este blog que queremos empezar acerca de nuestras vivencias con la Iglesia Católica en Cuba. Nosotros vivimos en Cuba hasta el 2006, año en que emigramos a Ottawa, Canadá. Pero, aunque ya no estamos físicamente en Cuba, queremos compartir tantas cosas que experimentamos allí. Y otros acontecimientos que ya no vivimos, pero nos cuentan nuestros hermanos de allá, con los que seguimos “conectados” y de esa forma, en cierta medida al menos, tratamos de seguir cercanos a esa realidad. 


Nos parece que conocer la experiencia de la fe vivida en Cuba puede ser interesante o útil para otros católicos del mundo. Porque la realidad cubana es bien distinta a la de la mayoría del planeta. Porque los desafíos allí son en gran medida únicos. Pero a pesar de eso las vivencias de la Iglesia Católica en Cuba podrían servir de inspiración para muchos. O quizás ser razón de examinar cómo muchas veces vivimos nuestra fe “a la ligera” en otros lugares. O simplemente maravillarnos al descubrir historias increíbles. Y, para aquellos cubanos que como nosotros ya no viven en Cuba, este blog también quiere ser ocasión de compartir recuerdos que sin dudas nos unen todavía y tocan nuestros corazones, a pesar de las distancias y separaciones.