Hace unos días que Abby, nuestra lectora más fiel, expresaba su alegría por el nuevo Papa. Su comentario era en relación a nuestro último escrito, justo antes de los resultados del cónclave. Han pasado varios días, de hecho hace una semana que tenemos un nuevo pontífice, y seguramente que todos hemos leído infinidad de comentarios y reportajes acerca de estos acontecimientos.
Tenemos que decir que estamos muy alegres con Francisco I. Y creemos que MUCHOS católicos (y también cristianos, personas religiosas y aún personas no religiosas) sienten lo mismo. La frescura del nuevo Papa ha sorprendido gratamente, y sentimos que son tiempos de gracia y de esperanza.
Un nuevo Papa que es también nuevo en muchas facetas. Primer Papa americano, primer Papa Latinoamericano. Primer jesuíta. Pero sobre todo, un nuevo pastor con una humildad y sencillez extraordinarias. Sus historias de "hombre de a pie" han cautivado a medio mundo.
Es muy temprano aún para "emitir juicios", o para exigir resultados a Francisco I (aunque, por supuesto, los medios de comunicación ya se han lanzado a esto). Mucho menos debiéramos compararlo con sus predecesores. Que no se nos olvide que todos los Papas son sucesores de Pedro y Pastores de la Iglesia. Cada cual con sus carismas, dones, virtudes y defectos, todos diferentes. Y ojalá que nunca se nos olvidara que es el mismo Espíritu Santo quien guía y protege a la Iglesia, al Papa y a todos nosotros.
Benedicto XVI, Francisco I y Juan Pablo II.
Pero, sin juzgar ni comparar, nos sentimos muy contentos con Francisco y con lo que ha transpirado de su persona en esta su primera semana de ponitificado. Porque la sencillez y la humildad son rasgos del mismo Jesucrito, y a la Iglesia nunca le viene mal que haya muchas mujeres y hombres como este nuevo Papa. Que sus actitudes y comportamientos nos cautiven a nosotros también, para que sepamos adoptarlos como nuestros.
¡Qué bonito sería si todos tratáramos de imitar la sencillez que ha mostrado nuestro pastor Francisco! Qué ejemplo para un mundo que mira a la Iglesia con desdén y con desprecio. Ante esto, nada mejor que abrazar los valores evangélicos que nos está mostrando el Papa.
En estos primeros días de caminar con Francisco I, la invitación mayor es a seguirlo con humildad y confianza. ¡Adelante!
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