REMEMBRANCE DAY

El 11 de Noviembre muchos países de la Mancomunidad Británica, entre ellos Canadá, celebran el Día del Recuerdo (Remembrance Day). La fecha coincide con el día en que se firmó el Amnisticio que finalizó la Primera Guerra Mundial (11 de Noviembre de 1918). Instaurado desde 1919, el Día del Recuerdo honra a todos aquellos que han muerto sirviendo a su país.

Yo me acuerdo bien de nuestro primer Remembrance Day en Canadá, en un frío mes de Noviembre del 2006. Viniendo de Cuba, esta fecha no se celebraba allá en lo absoluto, por eso no sabíamos bien de qué se trataba. Pero la secretaria de la escuela de Ana nos recomendó que fuéramos al acto central de la ciudad, en la Plaza de la Confederación. 

La experiencia vivida fue bonita e impactante. En ese entonces escribí a la familia en Cuba mis impresiones en un breve correo electrónico: "... El 11 de Noviembre fuimos con Anita al Parlamento, pues se celebra en Canadá el Día del Recuerdo, por todos aquellos que lucharon por el bienestar del país. La "consigna" (si es que se puede llamar así, porque nadie gritó, ni hubo arengas de ningún tipo, sino más bien una ceremonia sobria, pausada y llena de respeto y emoción) fue: "No los olvidamos". Al final del acto, los asistentes depositaron al pie del monumento a los caídos en las dos Guerras Mundiales unas flores que son como amapolas (Poppy), y que la gente lleva días usando como prendedores en los abrigos. Fue impresionante ver como todo el mundo se desprendía de la solapa las flores (que eran de tela) y marchaba con respeto a ponerlas al pie del monumento... Anita tambien puso la de ella, que se la habían dado en la escuela".

Remembrance Day en Ottawa, 11 de Noviembre de 2006.

Cuando miro atrás desde nuestra modesta experiencia de vida en Ottawa por 6 años, me llama la atención el contraste entre Halloween y el Remembrance Day. Apenas 10 días separan estas dos fechas, pero el espíritu de ambas es tan diferente...

Halloween es una celebración vacía, sin mucho sentido y sin ninguna connotación especial. Sé que muchos sitios web y blogs católicos critican esta "fiesta" como algo del demonio, pero no me quiero ni siquiera detener en esa arista por el momento -sólo menciono, de pasada, que creo que muchos niños y familias celebran ese día sin malas intenciones. Aún así, en su "mejor faceta", Halloween es cuando más una fiesta hueca. Tan vacía como la sociedad materialista que la ha convertido en otra oportunidad más de vender mercancías y crear consumismos innecesarios... Aparte de la inocente alegría de los niños por la perspectiva de caramelos extras, no hay mucho más que pueda defenderse (o celebrarse) de Halloween.  

En cambio, el Remembrance Day toca las fibras más profundas del corazón en cualquier persona con un mínimo de sensibilidad y responsabilidad. Es fácil detenerse por un momento a recordar aquellos que nos precedieron, y que con su esfuerzo y sacrificio allanaron el camino para las futuras generaciones. Nosotros estamos recogiendo lo que ellos sembraron, y a la vez estamos llamados a continuar ese camino de entrega por los que vendrán después.

La celebración del Día del Recuerdo no es necesariamente una celebración religiosa. Pero no es difícil extrapolar estos sentimientos al Reino de Dios, o identificarse con Jesús, el máximo ejemplo de sacrificio y entrega. En una sociedad que reniega cada vez más de cualquier referencia religiosa, esta celebración es una oportunidad de reflexión, oración y agradecimiento. Y la frase central de "No olvidamos" se aplica igualmente a nuestra relación con Dios: "No te olvidamos Señor" podemos decir en este día.

Para nosotros es, además, una fiesta que evoca otros recuerdos importantes en nuestras vidas. En Noviembre celebramos el cumpleaños de muchos familiares queridos por nosotros. Entre ellos ocupan un lugar especial nuestros padres. El papá de Tere, Virgilio, nació un 27 de Noviembre. Y mi papá, José (Cheo) precisamente un 11 de Noviembre. Desde hace unos pocos años ambos están ya en la Gloria de Dios, y de seguro que interceden por nosotros y nos miran con cariño desde el Paraíso. Desde aquí les decimos, mientras estamos de paso por este mundo, que "No los olvidamos" a ellos tampoco.