Iniciamos aquí la primera de varias partes, enviadas desde Cuba por Juan Manuel Fernández Triana, sobre la figura del Padre José Vandor.
Bitácora Primera.
Vandor significa peregrino en húngaro, y fue la adaptación al idioma natal de su apellido original Wech, que provenía del alemán; sin embargo, más que un ajuste lingüístico, devela sobre todo una opción fundamental en su vida: Peregrino del amor de Dios, Peregrino del amor a los demás.
Es por eso que al acercarnos a la fascinante vida del Siervo de Dios, P. José Vandor, uno descubre que la primera razón de su vida ha sido la convicción del amor de Dios a lo largo de su historia personal que manifestó a los que tuvieron la bendición de compartir con él, y los que podemos conocerlo a través de su legado y de su estela de santidad.
El Peregrino nos quiere acompañar como la brújula en los barcos, para acercarnos y conocer aún mejor la vida del P. Vandor, y pedirle a Dios por su intercesión las gracias y favores que necesitamos. Esas gracias recibidas las iremos publicando, así como parte de sus escritos e informar además, cómo anda el proceso de su canonización.
Que el P. Vandor nos siga acompañando en nuestro crecimiento espiritual. Que también nosotros, como él, podamos siempre decir “Amén” a la Voluntad de Dios en nuestras vidas, y anhelemos un día, poder participar de las Moradas Eternas, en ese Reino del amor, que el P. Vandor supo sembrar en nuestra Patria.
SIEMPRE DIRÉ AMÉN
(Santa Clara, 8 de febrero de 1962)
Jesús, Peregrino andador,
que vas, llevado por tu amor,
como Pastor bueno y manso,
buscando almas sin descanso.
Muchos huyen tu dulce mirada,
por no hacer una parada
y preguntar: ¿Qué quieres de mí?
Temiendo oír: “Ven en pos de Mí”
“Toma como cayado la Cruz,
-dices-, y me seguirás a la Luz;
deja cuanto tienes y a ti,
y te daré todo, y a Mí”.
Todo lo que tengo y todo lo que soy,
por estar contigo, te lo doy;
mis penas y alegrías también,
aunque me cueste, siempre diré: AMÉN.
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