Este es un recuerdo personal de Jose sobre las Misas que se celebraban en la Catedral de Santa Clara en los años 80. Entonces el número de feligreses que asistía a la Iglesia era pequeño -no había comenzado la “marea alta” de los años 90… pero sobre esto comentaremos en otro momento. Sin embargo, en estas ocasiones el templo se llenaba por completo. Venían hermanos de todas las parroquias de la ciudad, y de pueblos cercanos (y no tan cercanos) de la diócesis –que entonces abarcaba mucho más, aproximadamente el mismo territorio de la antigua provincia de Las Villas.
Varias cosas hacían esta Misa especial. Obviamente, es la primera misa del año. Y la celebración de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Y además la Jornada Mundial por la Paz -en la predicación siempre se leía el mensaje del Papa por la ocasión. El coro se volvía entonces “coro diocesano”, pues a las voces de la Catedral se unían aquellas de las parroquias visitantes. Después de la Misa estos coros brindaban un mini-concierto de villancicos, con el obispo (Mons. Fernando Prego) disfrutando junto con los demás asistentes. El momento musical cumbre de la noche era cuando todos juntos, los coros y el pueblo en general, cantábamos “Noche de Paz”. Después de esto venían los saludos, abrazos y conversaciones con tantos amigos de diferentes pueblos/parroquias, las felicitaciones por Navidad y nuevo año, el compartir sincero y hermoso, muchas veces acompañado de una sencilla merienda (refrigerio, como la llamaban). ¡Uno salía de la Catedral con una alegría y energía para comenzar el camino del nuevo año!
Yo no sé si es la nostalgia al mirar atrás, o el usual frío de las noches de Enero en Santa Clara (que invita a estar todos cercanos), pero a mí me parece que esas noches eran especiales y nos unían más como Iglesia. En mis recuerdos, sólo la Misa Crismal se equiparaba a la de la Paz en el sentimiento de unidad en la Diócesis, y en cuanto el número de visitantes y parroquias que asistían. Pero, a mi gusto al menos, la Misa de la Paz era más bonita y festiva, una forma especial y única de empezar el año y mirar con esperanzas hacia el futuro… Imagino que en otras diócesis fuera similar. Quiera Dios que también hoy los cubanos puedan experimentar semejantes sentimientos.
Y en este primer día del año 2011 les deseamos a todos los católicos que experimenten la unidad con la Iglesia (parroquial, diocesana, mundial) y la esperanza y confianza en Dios para el nuevo año.
2 comentarios:
Maravilloso! Realmente esas Misas eran un momento de unidad y crecimiento en la Diocesis. Felicitaciones una vez mas!
Muchas gracias Abby, y ojalá encuentres experiencias similares a aquellas en estos tiempos. Estamos seguro de que todavía existen...
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