En esta segunda parte realizaremos un breve recuento de las actividades pastorales de la Iglesia Católica en Cuba desde 1986 hasta el presente. Estas actividades tienen una influencia considerable en el entramado de la sociedad cubana, y demuestran que la Iglesia no “ha capitulado” ni sus programas son “limitados”, como se menciona en el cable de la Sección de Intereses de La Habana filtrado por WikiLeaks hace pocos días.
Entre 1986 y 1996 la acción pastoral se centró alrededor de las prioridades establecidas durante el ENEC (Encuentro Nacional Eclesial Cubano), donde la Iglesia se consideró y definió a sí misma como Orante, Encarnada y Misionera. Precisamente a partir del ENEC las actividades pastorales comienzan a incrementarse y diversificarse sustancialmente.
A 10 años del ENEC, el Encuentro Conmemorativo (ECO) en 1996 interiorizó los dramáticos cambios ocurridos en el país durante la década de los 90, y trató de actualizar el pensar, sentir y actuar de la Iglesia a las nuevas condiciones. De la reflexión del ECO, en el contexto de la Conferencia de Santo Domingo (1992), nace el primer Plan Global de Pastoral (1997-2000) con tres prioridades: Formación Integral, Comunidades Vivas y Dinámicas, y Promoción Humana. El segundo Plan Global de Pastoral (2001-2005) mantuvo las prioridades del anterior, pero con nuevos matices en sintonía con el Plan de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) para 1999-2003, según las directrices de la Exhortación Apostólica Ecclesia in America. Las prioridades del tercer Plan (2006-2010) fueron: Espiritualidad Cristiana, Identidad Laical, y Misión Evangelizadora.
Es así que desde 1996 las actividades de la Iglesia Católica se han estructurado, organizado y ejecutado a partir de estos Planes Globales, cada uno con una duración de 5 años. El Plan nacional es revisado por cada diócesis en particular (mediante Consejos Diocesanos de Pastoral) y las prioridades y líneas de acción se adecuan dependiendo de las condiciones específicas de cada lugar. De esta manera, cada territorio enfatiza en diferentes aspectos de acuerdo a sus necesidades. La disponibilidad de agentes de pastoral suficientes y capacitados también influye en la magnitud real con que se asumen dichas actividades.
Detallar exhaustivamente las actividades pastorales que actualmente realiza la Iglesia en Cuba es una tarea difícil, pues además de que son muchas, su análisis e interpretación puede verse desde muchos ángulos (eclesiales, sociales, económicos, políticos). Lo que sigue es una enumeración, en orden alfabético, de las actividades que creemos han ejercido y siguen ejerciendo una notable influencia en el tejido de la nación cubana.
Cáritas Cubana: Es posiblemente la cara más conocida de la Iglesia para la población en general. Está muy bien organizada en todo el país, y realiza numerosas actividades, muchas veces relacionadas estrechamente con otras pastorales. Entre ellas: atención a presos y sus familiares, pacientes encamados y otros enfermos, distribución de medicamentos y alimentos, programa VIH/SIDA (un subprograma en sí mismo), apoyo a Alcohólicos Anónimos, proyectos de desarrollo rural y comunitario, programas de atención al Síndrome Down y otros discapacitados, ayuda en casos de emergencia (ciclones y otras catástrofes), talleres VIVA (enseñanza de virtudes y valores a niños de sectores marginales), talleres de habilidades manuales y otras actividades comunitarias (por ejemplo: lavanderías, comedores), etc. Ha ido evolucionando de una labor mayormente asistencial (especialmente en los 90) a labores de promoción humana. Ha desarrollado y desarrolla acciones de indudable efecto práctico e influencia en la sociedad cubana, muchas veces de manera más rápida y efectiva que las propias instituciones gubernamentales. Por supuesto que esto ha conllevado a constantes fricciones entre sus actividades y las regulaciones del gobierno, a todos los niveles. (Ver comentario anterior en nuestro blog sobre Cáritas aquí: http://venconnosotrosacaminar.blogspot.com/2011/01/el-trabajo-de-caritas-cubana.html).
Catecumenado de adultos: Preparación a los Sacramentos de iniciación cristiana (bautismo, penitencia, comunión, confirmación) para los adultos que se acercan a la Iglesia. Registró su mayor auge a comienzos de los 90, cuando la población cubana se volvió de forma masiva hacia la Iglesia. Para muchos adultos constituye actualmente la puerta de entrada a la Iglesia, y la primera forma de conocer/experimentar otros valores y concepciones diferentes a los patrones generalmente acostumbrados en la sociedad socialista cubana, además de entender mejor lo que realmente es la Iglesia desde una perspectiva “no manipuladora”.
Catequesis de niños: Prepara a los Sacramentos y es la primera vivencia de la fe para los niños (5-14 años). Aunque la ausencia de personal debidamente capacitado es un fenómeno que muchas veces afecta a esta pastoral, la catequesis infantil ejerce una influencia notable en la adquisición de valores universales por los niños, y desarrolla actividades a lo largo de todo el año, incluido el tiempo de vacaciones escolares. Inclusive padres que no profesan ninguna creencia o sencillamente no van a la Iglesia deciden enviar sus hijos a la catequesis porque “allí les enseñan cosas buenas y es un lugar sin peligros para los niños”, lo que demuestra el éxito de esta pastoral.
Formación: Abarca una amplísima gama de posibilidades educativas, no sólo en campos eclesiásticos sino también laicos (clases de Computación, Antropología, Filosofía, Contabilidad, Idiomas, Derechos Humanos, Educación Cívica, Canto, Danza, Literatura, etc.). El nivel de la enseñanza también varía considerablemente, desde programas académicos avalados y acreditados por universidades extranjeras (impartidos por claustros de profesores locales y extranjeros) hasta cursos elementales impartidos con recursos propios y más bien de bajo perfil. De cualquier modo, sus beneficios son muy importantes y no pueden ignorarse en un contexto donde la calidad de la educación ha decaído significativamente en los últimos años. En algunos tópicos (por ejemplo: Economía General y Derechos Humanos) son prácticamente las únicas instituciones del país donde puede hablarse -y aprenderse- libremente acerca de estas temáticas. De manera adicional, la apertura y mantenimiento de bibliotecas diocesanas y parroquiales constituyen muchas veces fuentes de documentación –no sólo eclesial sino también profesional y cultural- a veces no disponible en otras bibliotecas (gubernamentales) del país.
Grupos de Oración: Hay una variedad inmensa de grupos de oración (personas que se reúnen para rezar). Aunque es claro que su mayor importancia es dentro de la Iglesia, han constituido y constituyen una fuente valiosa de sustento espiritual, esperanza y consuelo para muchos cubanos en los momentos de mayor desánimo y desesperanza.
Liturgia: A veces subvalorada o no tenida en cuenta, la calidad de las actividades litúrgicas es vital en un país donde las personas se habituaron a “mega-actividades” y grandes discursos, y muchas veces no prestan atención a los mensajes que se comunican por una simple actitud de cansancio hacia todo esto. La correcta e inteligente preparación de la liturgia en las grandes fiestas de la Iglesia (Navidad, Semana Santa, las escasas procesiones permitidas, y sobre todo: la celebración de la fiesta de la Virgen de la Caridad), ha constituido una formidable manera de evangelizar –y lamentablemente cuando no ha sido así entonces ha sido una formidable manera de mantener alejada a las personas. También las actividades litúrgicas, especialmente las misas, han mostrado la capacidad de convocatoria de la Iglesia, como durante los inolvidables días de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, cuando por primera vez en decenas de años se reunieron en plazas centenares de miles de personas de forma absolutamente libre y espontánea. Un acontecimiento reciente, que ha estado estremeciendo para bien todas las fibras de la nación cubana, es la peregrinación de la Virgen Mambisa (lo cual ha sido objeto de varios comentarios en este blog).
Magisterio de la Iglesia: Los documentos, discursos, entrevistas, declaraciones, etc.; generados por los obispos, especialmente a través de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), no son propiamente una pastoral. Sin embargo, constituyen valiosas aportaciones a la teoría y la práctica de una mejor nación. Junto con las también significativas contribuciones de sacerdotes, religiosas y laicos, este corpus de conocimiento será especialmente útil a la hora de hablar en el futuro sobre algunos temas delicados y sensibles. Un ejemplo fundamental es el tópico de la Reconciliación, pero también la reconstrucción de la sociedad civil en el país, el valor de la familia, la promoción de los jóvenes, etc. (Ver comentarios anteriores en nuestro blog aquí: http://venconnosotrosacaminar.blogspot.com/2011/01/el-tema-de-la-reconciliacion-en.html y también: http://venconnosotrosacaminar.blogspot.com/2011/01/el-tema-de-la-reconciliacion-en_10.html).
Medios de Comunicación Social: Aquí ocupan un lugar especial las publicaciones diocesanas, de amplísima demanda dentro y fuera de la Iglesia. La tirada es baja, pero la circulación es amplia pues las personas se prestan e intercambian las revistas. La calidad tipográfica muchas veces no es la mejor pero los contenidos son muy buenos, a pesar de que casi ninguna publicación cuenta con periodistas profesionales. El esfuerzo increíble de los comunicadores de la Iglesia en Cuba ha sido reconocido con varios premios internacionales de prensa. Por otro lado la oficina de prensa de la COCC, a través de su vocero y de declaraciones/entrevistas de los obispos también ha sido una alternativa a los medios de comunicación oficiales, aunque ciertamente su alcance dentro de la población cubana es mucho menor. En los últimos años se han podido ver discretas y esporádicas apariciones del Cardenal y algunos Obispos en programas de radio -y en mucha menor medida de TV.
Ministros de la Eucaristía, Visitadores de enfermos y Misioneros: Los primeros llevan la Eucaristía a enfermos, en estrecha relación con el segundo grupo. Los misioneros realizan un conjunto amplio de actividades como: promoción de las principales celebraciones de la Iglesia, repartición de plegables, urnas de la Virgen, etc. En conjunto estas actividades pastorales se enfocan en los enfermos, incapacitados, limitados y muchas veces sectores olvidados de la población, pero también personas que no conocen la Iglesia. Para estos “abandonados” muchas veces la única ayuda que les llega es a través de estos grupos eclesiales. El gobierno cubano, consciente de que este era un tópico en el que estaba “perdiendo terreno” organizó los grupos de trabajadores sociales hace pocos años, al calor de “La Batalla de Ideas”.
Pastoral Familiar: En algunos lugares es un movimiento muy fuerte que agrupa muchas actividades y atiende matrimonios, divorciados, madres/padres solteros, hijos con problemas, etc. En otros lugares del país es mucho menos activa. En TODO el país es una de las pastorales que más debiera ser apoyada por su importancia y sobre todo: por el sistemático ataque a que ha estado sometida la Familia como institución. Aún cuando no puede decirse que en el mundo entero se apoye la institución familiar ni mucho menos, los retos para las familias cubanas son realmente enormes, sin ningún temor a exagerar. La labor de la Iglesia es prácticamente una de las MUY POCAS voces que se levanta en la Cuba de hoy para defender la familia –si bien muchas veces su voz es bien tenue, poco divulgada y mayormente ignorada. Pero, aunque insuficiente, está aportando una gota de agua en el inmenso océano de destrucción familiar que, lamentablemente, se vive en el país hace muchos años.
Pastoral Juvenil: Abarca la atención a jóvenes entre 15 y 30 años, con una gama de actividades muy amplia, incluyendo formación y preparación a los Sacramentos, atención a estudiantes becados (separados de sus padres), actividades recreativas y deportivas, etc. Es una de las pastorales mejor organizadas y con más recursos dentro de la Iglesia cubana, lo cual no significa que su trabajo esté exento de errores. La labor de trabajo con los jóvenes es una de las tareas más difíciles e ingratas dentro de las pastorales desarrolladas por la Iglesia en Cuba. Y a la misma vez una de las más sensibles e importantes. Este es uno de los sectores más vulnerables y frágiles de la población cubana, y está siendo sometido a presiones de todo tipo -familiares, económicas, sociales, políticas… Esta pastoral está contribuyendo decisivamente, aunque sólo el futuro dirá claramente cuánto, como una guía y alternativa para la juventud cubana.
Pastoral Penitenciaria: Aún incipiente, pero con un alto impacto en los presos y sus familias. Mayormente realizada por sacerdotes, porque el gobierno limita mucho a los laicos su entrada en este sector. La historia y vicisitudes de esta pastoral son elementos poco conocidos más allá de algunas anécdotas fragmentarias de los protagonistas en este servicio pastoral. En un país con una elevada población carcelaria y prácticamente ningún acceso a las cárceles, la Pastoral Penitenciaria está prestando una valiosa e inestimable ayuda a los miles de cubanos que sufren de una manera u otra esta dura realidad.
Pastoral de la Salud: Incluye no sólo la atención a los enfermos, sino a todo el personal que trabaja en los programas de Salud en Cuba, y lo más importante: abierto a todas las personas que pertenecen a este sector, sean religiosas o no. Las misiones médicas en numerosos países (especialmente Venezuela) durante los últimos años; y la retención por varios años de los médicos, enfermeros y estomatólogos si éstos desean emigrar son fenómenos mayormente específicos –aunque no exclusivos- de este segmento de la población. Como resultado de ambas políticas las familias que tienen algún miembro que trabaje en la Salud están más expuestas a crisis, largas separaciones e incluso destrucción de sus núcleos familiares. Por tanto, la labor de esta pastoral ha incrementado su importancia en los últimos años. Por su esencia, esta pastoral está muy vinculada a Cáritas, y de hecho muchos trabajadores de la Salud están comprometidos con ambas actividades, frecuentemente de manera conjunta.
Pequeñas Comunidades: Desde hace unos años han ganado importancia las “Pequeñas Comunidades”, como núcleos activos de evangelización y celebración de la fe cristiana. La falta de iglesias en el país, junto a la prohibición de levantar nuevos templos y la dificultad para reparar los existentes ha conllevado a que muchas de esas pequeñas comunidades se organicen en casas particulares. Esto ha permitido que la labor en y hacia las pequeñas comunidades se haya convertido en una especie de pastoral en sí misma, porque es necesario formar las personas que están atendiendo esos lugares, preparar programas específicos para las mismas, adecuar todo al nivel cultural de cada lugar, etc. A pesar de su tremenda importancia, su desarrollo organizativo está aún en una fase inicial pero en muchas regiones del país, especialmente las rurales, desempeñan un papel más importante que las parroquias establecidas, muchas veces incapaces de llegar a estos sectores tradicionalmente subestimados en las actividades pastorales. La Iglesia ha reconocido la importancia del trabajo con estas pequeñas comunidades como algo prioritario en sus últimos Planes Globales de Pastoral. Y la influencia de las mismas crece cada día en el tejido social del país.
En conclusión: durante la realización de su misión, la Iglesia Católica necesariamente interactúa a través de sus servicios pastorales con la sociedad cubana. Muchas de estas actividades influyen significativamente en la nación, aunque muchas veces no se reconozca debido a la polarización y politización de prácticamente todo lo que sucede en el país. Sin embargo, la atención a discapacitados, enfermos, personas de bajos recursos, afectados por catástrofes naturales, marginados, presos, perseguidos, familias divididas o separadas, y en general: personas necesitadas de ATENCIÓN –material pero ciertamente también espiritual- son campos en los que la Iglesia Católica tiene un protagonismo indiscutible. El ofrecimiento de alternativas educativas, de información, de valoración y de discusión también ha impactado directamente en la frágil y disminuida sociedad civil. Finalmente, la guía y el apoyo espiritual, así como el ofrecimiento de valores universales pero muchas veces ignorados o manipulados (como Amor, Reconciliación, Tolerancia, Diálogo, Esperanza, Honestidad, etc.) son otras contribuciones claves del quehacer diario eclesial.
Y todo esto se alcanza en medio de muchos años sin acceso a los medios de comunicación, escuelas y en general con dificultades para realizar el trabajo –cuando no confrontación, ataques y manipulaciones… dentro y fuera de la Isla. Lo más extraordinario es que, en la GRAN MAYORÍA de los casos, el personal que trabaja en estas pastorales lo hace de manera totalmente voluntaria, aportando libremente su tiempo y esfuerzo sin cobrar un centavo. Y todo esto en medio de una coyuntura económicamente muy difícil. Valorar en su justa medida estas contribuciones será algo importante y necesario de tomar en cuenta para todas las personas e instituciones realmente interesadas en promover una mejor sociedad en Cuba.
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