3 de noviembre de 2012

En medio de la tragedia

Tras la desaparición del huracán Sandy (que luego se transformara en tormenta extra-tropical) las noticias que hacen titulares estos días son sorprendentes. Por ejemplo, nos enteramos que la Maratón de Nueva York tuvo que ser, finalmente, cancelada porque podría complicar los esfuerzos de la recuperación en la ciudad (todo esto a pesar de que el alcalde quería de todos modos mantener tan celebrado acontecimiento deportivo pues nunca se había interrumpido en 40 años). También aprendemos que el juego inaugural de los New York Knicks y los Brooklyn Nets tuvo que ser suspendido, porque ese día todavía la transportación pública no estaba restablecida. Aunque, finalmente anoche, la NBA tuvo su debut en la zona con un juego entre los Knicks y los Miami Heats. Y la bolsa de valores de Wall Street retornó a la normalidad después de estar cerrada por un "récord histórico" de dos días... 

Apenas 4-5 días atrás la tormenta extratropical Sandy había cruzado la costa este de los Estados Unidos, causando a su paso muerte y destrucción considerables. Pero esta zona tan rica (y tan apresurada y malcriada) del planeta sólo piensa ahora en lo "demorado" que ha sido el regreso a la vida normal. ¿Cómo ha sido posible que cosas tan "importantes" como una maratón, o la especulación en la bolsa de valores se hayan afectado "tanto"...? 

A la misma vez, la prensa apenas recuerda o menciona la inmensa tragedia que Sandy, entonces un huracán, dejó en las islas del Caribe. No sólo en el número de muertes, sino en la TREMENDA desolación a la población normal. Por ejemplo, en la ciudad de Santiago de Cuba la electricidad no ha retornado todavía a muchos habitantes, DIEZ días después del ciclón. Y los miles (quizás centenares de miles) que perdieron los techos o la totalidad de sus casas puede que demoren meses, y en algunos casos años, para volver a cierto grado de "normalidad" -normalidad que ya era muy precaria antes del paso del ciclón...

¡Pero, qué sabemos nosotros de estas cosas! Nos imaginamos que es más "importante" emplear tiempo discutiendo acerca de las implicaciones de la cancelación del maratón de Nueva York, o cuán "importante" es volver a las especulaciones del mercadeo en Wall Street. Los "indígenas" esos del Caribe estarán bien, ¿verdad?, así que mejor nos entretenemos con un juego de la NBA y discutimos por horas si los millones de dólares que se le pagan al jugador X son merecidos o no; o si el dólar debe subir o bajar... 

En algún lugar de Santiago de Cuba, ignorante de todas esas "noticias", un pobre viejito estará recogiendo los pedazos de madera que encontró esparcidos por la calle, para tratar de tapar al menos un pedazo del hueco que dejó el techo cuando el huracán se lo llevó. O quizás tenga suerte y pueda cocinar algo usando la madera como combustible.

Lo que al menos nos da un poquito esperanzas es saber que hay MUCHOS, que ya se están preocupando por esos desposeídos. Y han empezado a hacer lo que pueden por ayudarlos. A veces la ayuda no es mucha, pero es siempre apreciada y necesitada.

En los próximos escritos del blog vamos a compartir vivencias de personas en Cuba que han estado recorriendo las zonas afectadas, lo que han visto, y más importante: lo que han sentido al visitar estos desposeídos. Estas noticias no están ni nunca estarán en Yahoo, ni en la CNC, ni en el New York Times. Para los medios de prensa lo que cuenta es algo más "importante". Pero nosotros nos vamos a centrar en esos PEQUEÑOS que no tienen cobertura mediática, y en todos aquellos que ahora mismo los están ayudando (muchas veces compartiendo desde su también grande pobreza).

Vamos a empezar con un escrito que nos mandaran de Monseñor Emilio Aranguren, obispo de Holguín, quien recorriera la zona acabado de pasar el huracán -mucho antes que dirigentes políticos y medios de prensa. Queremos compartir con los lectores el sentir de este gran sacerdote y PASTOR, cercano a su pueblo cuando se necesitaba más. Confesamos que, al menos a nosotros nos interesan más estas historias que la oscilación de valores del índice Dow Jones...  ¡Pero, qué sabemos nosotros de estas cosas! 

[Nos disculpamos por la demora en empezar estos escritos. A pesar de llevar día preocupados y rezando por las personas que lo han perdido todo con el paso del huracán, complicaciones de trabajo nos habían impedido empezar a escribir en este blog sobre el tema hasta ahora]

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