10 de marzo de 2012

Una Segunda Lectura que no es segunda de nadie

Como muchas veces, aquí vamos con un escrito atrasado. Pero como dice el dicho: "más vale tarde que nunca". Así que de todos modos nos lanzamos a escribirlo. Y, mirándolo bien, nada más que tenemos seis días de atraso. Porque hoy queremos comentar brevemente sobre las lecturas de la misa dominical... del domingo pasado. 

Las lecturas de ese día estuvieron cargadas de mensajes profundos e importantes. Cada una de las lecturas merecería un comentario en sí misma, por su riqueza excepcional. Desde nuestra opinión de NO expertos en la Biblia ni en su interpretación (Exégesis), nos parece que el domingo pasado fue un ejemplo de lecturas "Todos Estrellas" -para usar un término deportivo, si se nos permite esta libertad. No todos los días uno encuentra tal combinación de mensajes a la vez. 

Imagen tomada del blog "Luz en las Tinieblas" (http://lpolancoschott.blogspot.com/)
Por ejemplo, la primera lectura acerca del sacrificio de Isaac que Dios le pide a Abraham. La primera reacción de cualquier persona probablemente sería algo como: "¿qué clase de Dios le pide a un padre que mate a su hijo como sacrificio en su honor?" O quizás: "¿qué clase de padre es capaz de perder la razón de ese modo como para "escuchar" esa petición"?

El párroco de nuestra parroquia comentaba en la misa que estudios arquelógicos han encontrado, en la región donde vivió Abraham, que era costumbre ofrecer sacrificios de niños a las deidades de la época. El relato bíblico puede entonces interpretarse como una muestra de que en lo adelante, esta práctica no tendría razón de ser. Seguir al Dios de Abraham implica, por lo tanto, un cambio fundamental.

El Evangelio, con el relato de la Transfiguración de Jesús, es igualmente una lectura llena de riquezas y complejidades. Un solo ejemplo entre otras muchas aristas: ¿Por qué Pedro propone preparar tres tiendas nada más (una para Jesús, una para Moisés y una para Elías)? ¿Y los tres discípulos dónde se quedarían? Hay cierta "ilógica" aquí, pero el mismo evangelista nos dice que Pedro estaba asustado y no sabía exactamente lo que estaba diciendo. ¡Cuando uno piensa esto bien, lo más seguro es que cualquiera de nosotros reaccionara igual ante semejante experiencia!

Ciertamente la primera lectura y el Evangelio tienen mucha tela por donde cortar, al igual que el Salmo. Nosotros no tenemos ni las calificaciones ni las intenciones de desglosar sus muchas interpretaciones y enseñanzas. Cada cual es libre de buscar sus propias conclusiones - y ciertamente leer y estudiar más sobre estos temas.

Pero la razón mayor por la que escribimos hoy es por la segunda lectura, ese fragmento de la carta de San Pablo a los Romanos (capítulo 8, versículos 31 al 39). Nos parece que éste es uno de los escritos más hermosos y esperanzadores de toda la Biblia. Es ciertamente uno de esos textos que uno debiera leer con frecuencia, porque se siente como un bálsamo para el espíritu... Miremos de nuevo algunas de sus frases por un instante, mientras dejamos que calen en nuestra mente y en nuestro corazón:

"¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?"... "ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor".

Cuando nos sintamos "en baja", busquemos este fragmento de la Biblia. Y repitámoslo. Una y otra vez. Dejando que el mensaje penetre en nuestra alma y nos llene de su significado. Nada, NADA, puede separarnos del Amor de Dios. Y nada, NADA nos debiera separar de experimentar esto en nuestras vidas para transformarlas con Su Gracia. Pensemos y repitamos esto cada vez que lo necesitemos. Nada nos puede separar del Amor que Dios nos tiene.

Sí, el domingo pasado fue un domingo de lecturas excepcionales. Pero, a nuestros inexpertos ojos, se nos antoja que la segunda lectura no es segunda de nadie. 

[NOTA: Nos damos cuenta que el calendario litúrgico que se sigue en Norteamérica puede ser diferente del que se sigue en el mundo latino. Así que es posible que las lecturas del domingo pasado hayan sido diferentes para algunos de nuestros lectores. De todos modos, nos pareció que el mensaje del Amor de Dios no necesita circunscribirse a domingos particulares, por eso lo compartimos ahora.]

3 comentarios:

Abby dijo...

¡NADA NOS PUEDE APARTAR DEL AMOR DE CRISTO! Si estuviéramos medianamente convencidos de esta tremenda verdad, nuestras vidas serían una maravilla, sabríamos enfrentar las dudas y los problemas con entereza y sin miedos, haríamos el bien con mayor empeño y en todo momento, manifestaríamos a todos el gozo de este convencimiento y seríamos apóstoles estupendos. Por eso es bueno poder encontrarnos con estas refelxiones tan buenas, porque nos ayudan a sacudirnos las dudas y a actuar con Fe, Esperanza y Amor.

Noemi dijo...

Reciban muchas bendiciones, desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

Tere y Jose dijo...

Querida Noemí:

Muchas gracias por tu mensaje y por tus bendiciones. Hemos visitado tu blog y seguiremos con gusto tus escritos. Felicidades por tus esfuerzos y tu entusiasmo, eres un ejemplo a seguir.