18 de octubre de 2011

QUEDAN SEMILLAS PARA QUINCE AÑOS MAS

Compartimos otro escrito enviado por nuestro hermano Bartolo E. Ugalde Ramírez desde Manzanillo, Cuba. En esta ocasión es una crónica de la celebracion por los 15 años del Programa de Atención al Síndrome Down de Cáritas Manzanillo, un esfuerzo de la Iglesia cubana que ha llevado nuevas esperanzas y motivaciones a las personas Down y sus familiares.

Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo…
Salmo 117

Hace sólo algunos días recordábamos la celebración en el patio de Elsa Sabourín del primer año del Programa de Atención al Síndrome de Down, y todo con tal nitidez como si aquello hubiera ocurrido ayer.  Y justo este mes el Programa celebró sus quince años. Se dice fácil…pero quince años se pueden palpar en los rostros de los muchachos, que ya no son tan muchachos, de sus familiares, de los mismos animadores que vienen desde entonces, también en la ausencia de algunos que ya no están por varias razones; quince años de sacrificios, de perseverancia, de entrega, de amor también dejan huellas en los corazones, huellas de cansancio y de satisfacción; quince años que bien merecían una celebración digna como la que se hizo en la mañana del sábado 2 de Julio del 2011. Pero para que nadie vaya a pensar que las dificultades disminuyen con el tiempo, éstas dijeron “presente” durante los preparativos de la celebración, si no que lo diga el Equipo de Trabajo. Claro que nada de eso le quitó brillo a la fiesta… a la alegría y a la amistad de los participantes.


En el espacioso y acogedor restaurante “Balcón del Guacanayabo”, todos pudimos sentarnos confortablemente en mesas preparadas con mantel y detalle sobre la fecha, para disfrutar de las delicias del encuentro. El magnífico escenario, estrenado por la presentadora y su preciosa introducción al guión de la mañana, estuvo seguidamente a la disposición de todos los artistas, que fueron muchos y de excelente calidad. Para comenzar los miembros del equipo con su versión humorística del cuento de hadas “la Cenicienta” y que fue dando paso, en la gran fiesta del palacio real a los artistas venidos de las comarcas vecinas y que fueron anunciados a toque de pito de cumpleaños por el súbdito encargado por el rey para esa tarea: Zahari, la pequeñita cantante de Campechuela, Eduardo, el mexicanito de Yara, el estelar dúo de jóvenes Mirtica y Yunel de Bayamo, Toñito, el romántico baladista de Bartolomé  Masó, las niñas de integración con una danza española… y para cerrar el espectáculo con broche de oro, la presentación coreográfica de un vals ejecutado por varias parejas de los manzanilleros y entre ellas, por supuesto, la del príncipe con la Cenicienta convertida ya en una bella princesa con sus dos zapatos de cristal. No se puede dejar de mencionar la inspiración de la sicóloga del Programa en la que elogió a todos, o a casi todos,  los que de un modo u otro estamos involucrados en esta obra de amor y promoción humana. Y ahí, en esa lista, no podía dejar de  figurar nuestra hermana Cristi, bien conocida por todos, coordinadora diocesana del GENEES, siempre cercana y dispuesta, la cual  se muda para Manzanillo cuando se acercan estas conmemoraciones.

La presencia del padre Mesías durante un largo tiempo y después la de nuestro párroco, el padre Emilio, fue algo muy importante para todos los asistentes. Incluso, el padre Emilio después de haber sido presentado por la coordinadora del Programa, Luguita, se dirigió a todos y nos comentó algunas cuestiones interesantes relativas a la familia franciscana a la que pertenecen los nuevos presbíteros a cargo de nuestra Parroquia manzanillera.

El exquisito almuerzo a la hora del mediodía,  mientras un joven mago nos entretenía con su actuación, nos fue avisando que estábamos llegando al final de nuestra celebración quinceañera.

Al día siguiente la Misa de acción de gracias en el templo de la Purísima Concepción recibió a algunos de los que estaban en la fiesta. La hermana Luguita me comentaba al respecto: Con la misma libertad que les hablamos de Dios, que ponemos un cartel con un salmo en el escenario de la fiesta, ellos deben responder a la invitación de ir a dar gracias a Dios. Me alegro que gocen de esa libertad y que no vayan por complacerme a mí o al Programa. Las semillas están lanzadas. ¡En efecto, así de gratuito es el amor!

Han transcurrido quince años y después de cada uno, gracias a Dios, se ha podido siempre celebrar, agradecer, reconocer a tanta gente que ha ayudado de mil maneras diferentes, y si es cierto que las realidades han cambiado verano tras verano, sí hay una cosa que estuvo presente en el primer aniversario y también en éste: la maravilla de ese amor de Dios manifestado en la frescura de ese amor humano, de ese cariño de todos los animadores, esa preciosa familia con la hermana Luguita al frente y apoyada por su esposo Julito, de los muchachos que han quedado en medio de nosotros, de su alegría, de sus ansias de bailar, de cantar,  de vivir y de alabar a su Creador, tal vez sin saberlo. ¡Gracias, Señor! 

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