12 de febrero de 2013

¿Barca sin timonel?

Por supuesto que la conversación en estos momentos, y en muchos lugares, es la noticia de la renuncia del Papa Benedicto XVI. Nosotros tuvimos "la suerte" de estar en la computadora, por otras razones, justo en el momento que se anunció la noticia, alrededor de las 6.30 am hora de Ottawa. Era lunes, y estábamos en el corre-corre de comenzar la semana: escuela, trabajos, nieve cayendo en la ciudad... Así que en el medio del apresuramiento matutino no hubo mucho tiempo de pensar.

Durante el día la realidad de la noticia fue calando, y al regresar a la casa nos pusimos a buscar más información. También hablamos por teléfono con la familia, en Cuba y Miami, todos sorprendidos por lo imprevisto de la situación. Dondequiera que uno leía, hablaba, o buscaba más detalles era igual: era como una onda de choque, barriendo el acontecer informativo mundial.

Por supuesto, muchos comentarios eran y serán negativos. No es para menos. La Iglesia Católica es siempre motivo de burla, desdén, o crítica de tantos medios seculares. Y Benedicto XVI nunca fue una figura carismática, en el sentido de su predecesor (aunque personalmente a nosotros nos gustaba muchísimo como Pastor, y creemos que su legado será valorado mucho mejor cuando pasen los años)

Pero la realidad es bien simple, aunque los medios de comunicación se ceben en lo negativo, se empeñen en el sensacionalismo barato, o recurran a las críticas (encubiertas o abiertas) en contra de la Iglesia o la figura del Papa. La realidad es que el Espíritu Santo es quien sostiene a la Iglesia, y el mismo Jesús dijo que NADA prevalecería contra ella. Todo lo demás son distracciones. 

No nos dejemos arrastrar por estas distracciones o preocupaciones mundanas. La Iglesia saldrá de esta situación como ha salido de otras mucho peores. Con ayuda de Dios, a lo mejor esta es una oportunidad de mayor acercamiento entre los cristianos, de volver a la raíz de la fe (personal y/o comunitaria). De vivir una mejor Cuaresma. De experimentar los mismos sentimientos de humildad y sencillez que Benedicto ha demostrado con su decisión. De rezar, por el nuevo Papa que aún no sabemos quién será; y por Benedicto, que seguirá con nosotros desde su nueva etapa de oración y meditación en un convento de clausura en la ciudad del Vaticano.

La Iglesia NO está sin timonel, porque es un período momentáneo. Y, de todos modos, Dios mismo nos conduce a todos, y a la Iglesia, hacia El.

Que no cunda el pánico. Ni las tontas elucubraciones de "especialistas". Paz y confianza. La barca, ahora mismo, la conduce Dios.

3 comentarios:

Ana Márquez dijo...

Un bello blog. Felicidades :-)

Te invito al mío, por si te ayuda en tu crecimiento personal.

http://frasesdedios.blogspot.com.es/

Feliz tiempo de Cuaresma.
Un abrazo en la luz del Creador.

Tere y Jose dijo...

¡Muchas gracias, Ana, por tu cariñoso comentario! Estábamos complicados con un viaje y no habíamos revisado el blog por unos días, perdona la demora en responderte. Ahora mismo nos "damos un salto" a tu blog que estamos seguro disfrutaremos.

Gracias por tu mensaje y todo lo mejor del mundo para ti,

Tere y Jose

Abby dijo...

Estamos en tiempos en los que no nos queda de otra que CONFIAR en Dios, con toda nuestra alma, y recordar que es Su Espíritu Santo quien guía y sostiene a la Iglesia. Así que a rezar mucho, más que nunca, por la Iglesia, por nosotros los creyentes y por aquellos pobres infelices que solamente esperan momentos difíciles para destacarse y lograr la "noticia de sus vidas"