9 de febrero de 2013

Acerca de la NASA y la Biblia, y otras leyendas infundadas. Segunda parte

En un comentario anterior iniciamos una serie de escritos acerca de varias leyendas infundadas (esto es una forma cortés de decir "mentiras") que circulan por correo electrónico, y que lamentablemente muchos cristianos se trasmiten entre sí, pensando que son reales. Esta que traemos hoy es una clásica, con muchos años de estar circulando por el ciberespacio... y sin embargo es una mentira total.

La historia es acerca de unos supuestos arreglos que ingenieros de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos) tuvieron que hacer en sus cálculos espaciales. Y la solución se encontró, nada más y nada menos, que en la Biblia. 

Para quienes todavía no hayan ecuchado o leído esta "historia", los invitamos a chequear este blog, donde su autor la recoge en detalle. Pero, más que detenerse allí, los exhortamos a que lean los comentarios que enviaron seguidores del blog, porque en esos comentarios hay más trigo para reflexionar, que en la propia "historia" de la NASA en sí misma. 

Veamos: una de las pocas respuestas racionales las dio una persona que firmó con el seudónimo de "El Samurai", el cual trató de proveer argumentos en contra de ese relato. Otros comentaristas también dudaron de la veracidad de la historia, aunque fueron más cautelosos, casi a la defensiva, por miedo a decir algo "contra la Biblia" o "contra Dios". Pero en realidad no hay nada malo en desmentir estos mitos sin sentido -aún cuando estos mitos se traten de cubrir citando a la Biblia como supuesta referencia.

En cambio, y tristemente, algunos de los que enviaron comentarios a ese blog se empeñaron en afirmar que no había ningún problema con el relato. Uno de los que escribió -con grandes faltas de ortografía, pero mejor no nos detenemos en eso- catalogó a los que buscan pensar racionalmente como "hijos de Satanás". Otro sugirió "pedirle confirmación a Dios" o "al pastor". Otro afirmó que sí se debía trasmitir la historia... Todas, todas esas personas están tristemente equivocadas. Y en su equivocación le hacen daño a otros creyentes, aún sin intención. Porque NO necesitamos perpetuar estos "cuentos de caminos". Es hora ya de que empecemos a cuidar lo que re-enviamos por correo electrónico y que seamos más críticos con la información que nos llega. ¡Si queremos lucir "educados" o "cultos" al retrasmitir historias, al menos tengamos la entereza intelectual de chequear las fuentes!

En el caso que nos ocupa, es bueno saber que la versión original se remonta a 1936 -¡antes del establecimiento de la misma NASA, o el inicio de los vuelos espaciales! Desde entonces se ha difundido con numerosas variaciones. Hay MUCHOS sitios web donde se proveen explicaciones racionales que desmienten este "relato". La mayoría están en Inglés, pero quienes deseen encontrar más información en Español, pueden leer aquí, o aquí, o aquí. Y estamos seguros que hay muchos otros lugares donde personas con sentido común emplearon tiempo en refutar esta historia. Lamentablemente hay muchos otros blogs, sitios religiosos, e incluso presentaciones en Youtube, apoyando y difundiendo estas mentiras...

Reiteramos que NO es necesario acudir al obscurantismo, la negacion de la ciencia, o el simple obstinamiento, para "apoyar" la existencia de Dios. Dios NO necesita de burdas explicaciones o de mentiras -incluso si están escritas agradablemente- para "probar" que el existe. La Biblia es el libro más grande del mundo, inspirado por el mismo Dios, PERO NO ES un tratado de ciencia, ni nadie debiera emplear tiempo en tratar de encontrar allí explicaciones cientificas. La Biblia es un libro que nos guía hacia Dios, no hacia descubrimientos científicos (para esto último Dios nos ha creado con capacidad de razonar, experimentar y descubrir). 

La moraleja de toda esta historia es simple: antes de apretar el botón de "Reenviar" pensemos aunque sea por un instante. Regalémosle a nuestros futuros destinatarios de correo el beneficio de examinar críticamente lo que enviamos. Nadie dijo que esto es fácil, pero no nos excusemos de hacer nuestro mejor esfuerzo.

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