14 de septiembre de 2012

Los Padres de la Iglesia. Segunda Parte


PADRES APOSTÓLICOS
Por Juan Manuel Fernández Triana


La Patrología comienza por la época llamada de los Padres Apostólicos. Esta época se denomina así, porque enmarca a aquellos autores o aquellas obras que tuvieron contacto con los Apóstoles del Señor, especialmente con San Pedro y San Juan, y en algún caso con San Pablo. Una etapa bien delimitada: desde finales del siglo I hasta la década del 50 del siglo II; con un total de 8 representaciones: 1. San Clemente (de quien nos ocuparemos seguidamente); 2. San Ignacio de Antioquía; 3. San Policarpo de Esmirna; 4. Carta de San Bernabé; 5. Papías de Hierápolis; 6. El Pastor de Hermas; 7. La Didaché; 8. El Discurso a Diogneto.
Este conjunto de obras, que iremos presentando gradualmente, tenían un trasfondo fundamentalmente pastoral, centrado en la vida de la Iglesia en cuanto a su doctrina, la liturgia, la moral, las Sagradas Escrituras, el testimonio auténtico frente a la hora extrema del martirio... Fueron escritas en griego, y tuvieron una gran connotación en la vida de la Iglesia primitiva, hasta el extremo, que eran consideradas como obras inspiradas y enumeradas al final de los libros del Nuevo Testamento.


Nos ofrecen, pues, una oportunidad de mirar a las primeras comunidades cristianas, para conocer cómo vivían su fe y cómo asumían con valentía el martirio como la mejor forma de dar razón de esa fe que profesaban en Jesucristo, el Hijo de Dios.

SAN CLEMENTE ROMANO. TERCER SUCESOR DE SAN PEDRO COMO OBISPO DE ROMA

No se sabe con certeza el año de nacimiento, alrededor quizás del año 35. Fue el tercer sucesor de San Pedro como obispo de Roma, del año 92 al 101. Con su carta a los Corintios, se inaugura la literatura Patrística.

Discípulo de los apóstoles San Pedro y San Pablo; ha sido confundido con otros personajes contemporáneos que llevaban su mismo nombre como el colaborador de San Pablo en Filipensis 4, 3; o con el cónsul Flavio Clemente, primo del emperador romano Domiciano; o con un miembro de la familia imperial, u otros. Murió al parecer mártir en Roma, su festividad se celebra el 23 de noviembre.

La Carta a los Corintios, escrita en el año 96, no tiene nada que ver con las cartas a la misma comunidad enviadas por San Pablo. Esta carta, consta de una introducción, dos partes centrales y una recapitulación o conclusión, que hace un total de sesenta y cinco capítulos. La carta fue enviada a los fieles de Corinto para tratar de recomponer la división que existía en aquella comunidad después que fueron destituidos unos sacerdotes por parte de un grupo de jóvenes rebeldes. En la introducción (cap. 1-3), elogia a la iglesia de Corinto antes del conflicto creado; en la primera parte (cap. 4-38), exhorta a la humildad y a la obediencia para lograr la unidad que es visible en la armonía del cosmos, para ello, recurre a numerosos ejemplos sacados de las Sagradas Escrituras; en la segunda parte (cap. 39-61), invita a la penitencia, concordia, caridad, concluyendo con la oración final, en forma de letanía y con profundas referencias bíblicas; en la conclusión (cap. 62-65), resume los argumentos expuestos y pone toda su esperanza en la pronta reconciliación.

En esta carta, aborda asuntos referentes a la Iglesia, a las Sagradas Escrituras, a la moral. La iglesia hace suyas las Sagradas Escrituras porque Jesús las ha revelado plenamente. La buena noticia de la fe en Jesucristo, supone el advenimiento de la gracia, y la posibilidad de la salvación para todos los hombres.
(Continuará con San Ignacio de Antioquía y San Policarpo de Esmirna)

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