9 de agosto de 2012

La Partícula de Dios. Primera Parte

Hace poco más de un mes que la Organización Europea para la Investigación Nuclear anunció al mundo la confirmación de la existencia del Bosón de Higgs, uno de los mayores descubrimientos de la Física en los últimos 50 años. 

No soy experto en Física y por tanto no puedo detallar mucho las implicaciones científicas de este acontecimiento. Pero al leer noticias en Internet y en revistas científicas, es evidente su importancia. Los fisicos están celebrando, con toda razón, la confirmación de su existencia porque completa el Modelo Estándar de la Física de las Partículas. [Si alguien se interesa más en el tema, puede usar cualquier buscador de Internet para encontrar una gran cantidad de información (y explicaciones) acerca de este descubrimiento]. Realmente vivimos tiempos excepcionales en cuanto a Ciencia se refiere.

Claro, que siempre hay controversias, como pasa con casi todo en este mundo. Al bosón de Higgs se le conoce también como "La Partícula de Dios". Las razones para esto son bien interesantes, y es bueno detenerse en esto por un instante. En realidad el sobrenombre no tiene ninguna relación con Dios. Es más bien un nombre "de pegada" acuñado y popularizado en un libro de divulgación científica escrito en 1993 por el premio Nobel León Lederman en co-autoría con Dick Teresi. Le llamaron así porque consideraron al bosón de Higgs como demasiado importante y central en la Física moderna, un elemento crucial para el entendimiento de la estructura de la materia. 


También fue un inteligente juego de palabras pues los autores dijeron que la editorial no les dejó llamarla "La Partícula Maldita" (The Goddamn Particle, en Inglés, idioma original del libro), en contraste con "La Partícula de Dios" (The God Particle en Inglés).

Por supuesto, exagerados de todos los senderos de la vida se han lanzado a discutir el uso de este nombre (Partícula de Dios). Muchos científicos se sienten ofendidos por mencionar a Dios en el campo de la Física, porque según ellos no tiene sentido ni cabida allí. Otros científicos dicen que esto podría ofender algunas "sensibilidades" de personas religionas. Y, algunas personas religiosas, a título personal, se han lanzado a decir que "Dios no necesita de ninguna partícula para crear al mundo"...

Todas estas posiciones, aunque con alguna razón en sus argumentos, pierden de vista el punto central de la discusión. Y confunden todo, incluso si tuvieran buenas intenciones.

En primer lugar, la tal "partícula de Dios", como ya hemos dicho, es sólo un apodo dado a uno de las partículas del modelo de Física actual. No significa que realmente tenga que ver o involucre a Dios; ni tampoco implica, prueba o refuta su existencia. Igual podría habérsele puesto otro sobrenombre ocurrente o sugerente. De hecho la otra versión que los autores pensaron es también un apodo inteligente, aunque quizás menos elegante (porque ciertamente tiene sentido llamarla "la partícula maldita" dada la dificultad que hubo para demostrar su presencia).

Como descubrimiento científico todos deberíamos celebrarlo -aún cuando la mayoría de las personas, al no ser físicos de academia, se nos dificulte comprender a cabalidad sus propiedades. [Esto es normal, por ejemplo: la mayoría de nosotros tampoco tiene mucho conocimiento de cómo funcionan los celulares, o cómo se realiza una imagen de resonancia magnética nuclear -pero todos queremos usar un teléfono móvil y nos interesa que el doctor nos haga un MRI si es necesario]. 

La sociedad moderna es tan avanzada, tecnológica y científicamente hablando, que el conocimiento está compartimentado y muy especializado. Sólo aquellos que emplean años estudiando una materia en particular (sea física, construcción de celulares, equipos de resonancia magnética o cualquier otra cosa) son capaces de comprender en plenitud estos avances. Por tanto, el que no sepamos o entendamos todos los detalles de la Física de Partículas, no nos impide reconocer su gran importancia para la Ciencia y celebrar este logro.

A su vez, los científicos no necesitan excluir por completo a Dios de la Ciencia. Ciertamente el lugar de Dios no está en los experimentos científicos, ni se le tiene que ver con un microscopio, o tampoco se le debería invocar para explicar fenómenos que no entendemos. Los seres humanos estamos llamados, por el mismo Dios, a estudiar el Universo (que es su Creación) y tratar de comprenderlo con nuestras mentes y nuestra capacidad de raciocinio. Es TOTALMENTE correcto que empleemos las herramientas que la Ciencia nos proporciona -ya sea un acelerador de partículas (como el que usó para demostrar la existencia del Bosón de Higgs), o el razonamiento matemático, el uso de modelos y experimentos, etc. Nada de esto excluye (o demuestra) a Dios, sino que son las metodologías con las cuales tratamos de comprender y explicar lo que nos rodea.

En cuanto a Dios, repetimos que está más allá del Bosón de Higgs, o de cualquier teoría científica. Ojalá y los extremistas de ambos lados pudiéramos entender estos dos simples postulados: 

1) Las personas religiosas NO tienen que temer los avances de la Ciencia, al contrario, eso es parte de las capacidades que como humanos tenemos para relacionarnos y para comprender el Universo. Si algo, lo que tendría que preocuparanos a todos (religiosos o ateos) es cuando la Ciencia se utiliza para dañar a otras personas o a la naturaleza que nos rodea.

2) Los científicos pueden (y de hecho muchos han sido y son) abrazar la idea de Dios, sin que eso implique que sus tareas científicas se vean perjudicadas, o que tengan que renunciar a sus postulados metodológicos. Por alguna razón (o mal intención), los medios de comunicación actuales se empeñan en separar Ciencia y Religión, con el resultado de crear un vacío entre ambas que perjudica a todos.

Es hora de que tratemos de restablecer esos puentes que se han cortado, y que lo hagamos invocando argumentos lógicos y asequibles a cualquier persona -con independencia de sus creencias o posiciones ante la vida.

La confirmación de la existencia de "La Partícula de Dios" se me antoja como una buena oportunidad de empezar a avanzar en ese sentido. Por eso, pienso añadir un par de comentarios más con el mismo título, y los invito a que se acerquen a leerlos con mente abierta e inquisidora.

6 comentarios:

Abby dijo...

Me ha gustado mucho este artículo, porque realmente, con todo el alboroto que se forma cada vez que hay un descubrimiento científico, nosotros, la "gente común", solemos confundirnos mucho, y es bien y bueno investigar y descubrir, para eso Dios nos ha dado la inteligencia,y alegrarnos y tratar de entender algo de lo descubierto. ¡Y rezar para que no le den uso para el mal, sino que siempre sea para el bien y desarrollo de la Humanidad!

Abby dijo...

¡Ah! Y sigan este tipo de artículo, que ayuda a comprender y darle sentido a todos estos descubrimientos que suman miles diariamente. Lo importante es siempre recordar que Dios es grande y que nos ha dado la inteligencia para avanzar hacia Él hacia el Bien, con cada investigación, con cada descubrimiento, con cada avance.

Tere y Jose dijo...

Muchas gracias, Abby, por tus comentarios, que siempre son fuente de inspiración y motivación a seguir con el blog. Trataremos de añadir más comentarios en este sentido

Marian dijo...

Queremos ser como Dios...convencer que Dios no existe etc.
Queridos amigos paso a saludaros y
desearos mucho amor en el Señor.
Un abrazo. Dios y la Virgen os bendiga.¿ Como estáis?

Tere y Jose dijo...

Querida Marian,

Muchas gracias por tu mensaje. Sí, desgraciadamente muchas veces nos creemos que somos Dios. O peor aún: que no necesitamos a Dios... qué ignorancia y error.

Pero bueno, aún así El nos quiere, por eso tenemos que seguir construyendo su Reino.

Marian dijo...

Me ha dado mucha alegría vuestra visita. ¡Adelante, sois extraordinarios.!
Recibid mi cariño y mis oraciones.
Dios os bendiga.