3 de enero de 2012

LA PARROQUIA COMO CASA Y LUGAR DE ENCUENTRO. SEGUNDA PARTE

Hace un par de meses escribimos sobre la parroquia como CASA y como lugar de encuentro, y en ese momento nos propusimos volver sobre el asunto otras veces. Este es un tema fascinante y que creemos importante en la vida de los cristianos. A fin de cuentas, si nos consideramos TODOS como hermanos y hermanas en Cristo, entonces la parroquia debería sentirse de manera natural como una segunda casa.
Feria de Otoño en Our Lady of Mount Carmel, Ottawa, Canadá, 2011. La comunidad trabajó como una gran familia para este evento, hecho que nos inspiró a preparar varios escritos sobre la Parroquia como Casa y lugar de Encuentro.


Lamentablemente hay parroquias que lo menos que parecen es un hogar -bueno, quizás se asemejen a una familia llena de conflictos y dificultades. Afortunadamente también hay muchas parroquias que funcionan y verdaderamente se sienten como un HOGAR. Nosotros fuimos afortunados en crecer en dos parroquias católicas que fueron para nosotros como segundas casas.

La primera vez que yo me di cuenta de esta "bendición" fue escuchando historias de mis padres. Recuerdo que ellos comentaban que, siendo miembros del equipo de jóvenes de su comunidad en los años 60 del pasado siglo, se reunían en la parroquia a escuchar la radio. Había entonces un programa, en la emisora cubana Radio Progreso, que se titulaba "Nocturno" y le gustaba mucho a los jóvenes. Por cierto, que este programa todavía existe, 45 años después de su primera trasmisión en Agosto de 1966. 

La radio era entonces el medio principal para disfrutar la música: las caseteras (o "grabadoras" como les llaman en Cuba) eran en aquella época muy raras en la isla. Y los reproductores de CDs o el Internet (por no hablar de "mp3s",  "iPods" o "iTunes") eran cosa de Ciencia Ficción. Por eso "Nocturno" era como el centro de la moda para muchos jóvenes de la época, de ahí su inmensa popularidad.  

El hecho que estos jóvenes quisieran reunirse EN LA IGLESIA a escuchar la radio -y además compartir sus vidas mientras lo escuchaban- me llamaba poderosamente la atención. ¿Por qué no reunirse en otro sitio...? 

Yo no puedo hablar por mis padres (apenas trasmito una historia que escuché en ocasiones). Pero, atando cabos de otros relatos, me parece que la principal razón era porque la parroquia era para ellos como una CASA, un lugar donde se sentían a gusto, donde se podía disfrutar juntos como FAMILIA. Sólo me queda añadir que, de los jóvenes que asistían a aquel oratorio salesiano del Carmen en la Santa Clara de los 60, saldrían muchos cristianos comprometidos. Incluyendo un obispo, varios diáconos permanentes y muchos matrimonios que formarían familias católicas en un tiempo en que las palabras "Dios", "Iglesia", "Católico" eran vistas como algo anacrónico y como un mal a destruir.

Muchos de esos "jóvenes" siguieron tratando a la parroquia como su CASA, y así lo trasmitieron -probablemente inconscientemente- a sus hijos, la siguiente generación. Generación a la cual pertenecemos nosotros. Nosotros, que también crecimos sintiendo que la Iglesia era como una prolongación de la casa, como una familia más grande, como un lugar donde nos sentíamos felices y más completos.

"Nocturno" ya no era tan vital. Las caseteras y videocaseteras (con videos Beta, los VHS vendrían después) reemplazaron la forma de escuchar y compartir la música. Los gustos y peculiaridades de nuestra generación también eran, por supuesto, diferentes. Pero la parroquia como casa siguió allí. Parecidas historias podría contar Tere de su experiencia en Manzanillo. Y de hecho vamos a seguir compartiendo en próximas entregas varias de estas vivencias.

Mientras tanto, y ahora como padres de una hija que crece en un lugar diferente del que venimos, trataremos de que ella también experimente -¡y disfrute!- de parecida bendición. De sentir que su comunidad eclesial es no sólo un lugar de culto al que se va los domingos, sino que también es una comunidad de personas que nos queremos y sentimos FAMILIA en Cristo y que somos todos hijos del Padre.

3 comentarios:

Marian dijo...

¡Que bonito Tere y Jose! ¡Muchas gracias por el post tan extraordinario y vuestra visita.
Dios os bendiga a toda la familia.
Un abrazo.
Unidos en oración.

Anónimo dijo...

Es un tesoro contar con vivencias de este tipo. Hay que rezar para que las "comunidades vivas" se multipliquen. Eso será una bendición para todos!

Tere y Jose dijo...

Muchas gracias, Marian y Anónimo, por sus comentarios y por tomar de su valioso tiempo para leer nuestro blog. Vamos a seguir tratando de añadir más escritos acerca del valor de la parroquia como CASA para todos.