PADRES APOSTÓLICOS
Por Juan Manuel Fernández Triana
La
Patrología comienza por la época llamada de los Padres Apostólicos. Esta época se
denomina así, porque enmarca a aquellos autores o aquellas obras que tuvieron
contacto con los Apóstoles del Señor, especialmente con San Pedro y San Juan, y
en algún caso con San Pablo. Una etapa bien delimitada: desde finales del siglo
I hasta la década del 50 del siglo II; con un total de 8 representaciones: 1.
San Clemente (de quien nos ocuparemos seguidamente); 2. San Ignacio de
Antioquía; 3. San Policarpo de Esmirna; 4. Carta de San Bernabé; 5. Papías de Hierápolis;
6. El Pastor de Hermas; 7. La Didaché; 8. El Discurso a Diogneto.
Este conjunto de obras, que iremos presentando gradualmente, tenían un
trasfondo fundamentalmente pastoral, centrado en la vida de la Iglesia en
cuanto a su doctrina, la liturgia, la moral, las Sagradas Escrituras, el
testimonio auténtico frente a la hora extrema del martirio... Fueron
escritas en griego, y tuvieron una gran connotación en la vida de la Iglesia
primitiva, hasta el extremo, que eran consideradas como obras inspiradas y
enumeradas al final de los libros del Nuevo Testamento.
Nos ofrecen, pues, una oportunidad de mirar a las primeras comunidades
cristianas, para conocer cómo vivían su fe y cómo asumían con valentía el
martirio como la mejor forma de dar razón de esa fe que profesaban en
Jesucristo, el Hijo de Dios.